Ha muerto Eduard Kennedy. El último de tres hermanos que marcaron la política de un país, para bien de este, para su propia desgracia personal, de los últimos 50 años. La historia de los Kennedy es la historia de la tragedia de América, y por ende, de la tragedia del mundo. Un presidente, John, el primer presidente católico, de origen irlandes en el "Imperio WASP" (white anglosaxon and protestantive, blanco, anglosajón y protestante). John Kennedy, se aupó a la presidencia de los Estados Unidos en unas reñidísimas elecciones ganadas por los pelos a Richard Nixon. Desde el principio de su presidencia dio muestras de querer cambiar las cosas, con el reconocimiento de los derechos civiles de los negros, con la distensión a la que se llegó con la Unión Soviética de Krushov después de la crisis de los misiles en Cuba, y de la desastrosa operación de Bahía de Cochinos, orquestada por la CIA, dicen que a sus espaldas. Su asesinato, sembró la duda de la conspiración en América durante décadas. Kennedy, firme partidario de la no intervención de los Estados Unidos de América en Vietnam, y sobre todo, firme partidario de rebajar los fondos destinados a defensa, molestaba. El resultado es el que todos sabéis. La misma suerte corrió su hermano Robert, cuando estaba claro que llegaría a la presidencia. Ted no corrió la misma mala suerte de sus hermanos, pero se vio involucrado en un misterioso accidente de tráfico en el que murió su secretaria, y que le apartaría de la carrera presidencial. A los poderes fácticos no les interesaban los Kennedy. ¿Por que?
Como hemos dicho, tanto John, como Robert y como Eduard Kennedy, eran católicos de origen irlandés. Como tales, se habían hecho eco de la doctrina social del catolicismo, que busca un reparto equitativo del bienestar, que se preocupa por que la sanidad, la educación, y el bienestar en general, lleguen a la mayoría de la sociedad. Fueron una "rara avis", en un país mas preocupado por el crecimiento rápido y fácil, al precio que fuera, que por que el reparto del bienestar llegara a las capas más bajas de la sociedad. Ellos fueron el muro contra el que se estrellaban, políticas absurdas como por ejemplo el llevar al país más grande de la tierra a emprender una guerra para el enriquecimiento de unos pocos, como hemos visto en Vietnam, y después, por ejemplo, hemos visto más reciéntemente en Iraq. Contra toda esa infamia, lucharon los Kennedy, y lo pagaron carísimo. Descanse en paz, el senador Eduard Kennedy, último exponente de la coherencia y el servicio a los demás llevado a la política.
" Mandaré a mis dos testigos para que profeticen...Estos son los dos olivos y los dos candeleros que están delante del Señor de la tierra...Cuando hubieren acabado su testimonio, la bestia, que sube del abismo les hará la guerra y los vencerá y les quitará la vida. Su cuerpo yacerá en la plaza de la gran ciudad, que espiritualmente se llama Sodoma y Egipto..."
(Apocalipsis 10-11)