Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Crispación.

No quiero, ni voy a entrar, en si el comentario de Herman Tersch en su informativo de Telemadrid, en el que decía que con gusto se cargaría a 15 o 20 islamistas con tal de salvar a los compatriotas secuestrados en Mauritania, es adecuado o inadecuado. No quiero, ni voy a entrar, en si el video de Wyoming en el que se ridiculiza al periodista de Telemadrid por su comentario, es así mismo, adecuado o inadecuado. Allá cada cual con lo que ve por televisión. Que la gente, vea el comentario de Tersch, y el video de Wyoming, y que juzgue. Si voy a entrar, a condenar la agresión sufrida por Tersch, se deba esta a una agresión ocasionada por su linea periodística, u ocasionada por cualquier otro motivo. La violencia, es siempre, un acto repugnante. Vaya desde aquí nuestra solidaridad con Herman Tersch, y nuestro deseo de una pronta recuperación.
Donde si voy a entrar, al margen de este asunto, es en la crispación sembrada por los medios de comunicación social. En inaudito, que en una sociedad que se dice civilizada, se produzca una guerra de medios, como podemos comprobar casi a diario. La arena política se ha trasladado a los medios de comunicación. Las distintas tertulia, se han convertido, en un ala más del parlamento. En ellas podemos distinguir, según sea el color político de la televisión o radio en cuestión, al PP contra el PSOE, y viceversa. Tengo entendido, además, que los partidos políticos, designan a los intervinientes en tertulias televisivas y radiofónicas, como si de diputados a Cortes se trataran.
En España, no hay libertad de prensa. En España, hay prensa de partido. Como en tantos otros campos, por otro lado. No hay libertad sindical, ni empresarial, por supuesto tampoco la hay política y claro, tampoco la hay periodística. Los medios de comunicación están sometidos, todos, al capricho del partido gobernante, en el gobierno de la nación, o en el de las distintas satrapías en las que se ha dividido España. La voz de los distintos medios de comunicación, es la voz de su amo, los partidos políticos, que les pueden dar, o quitar licencias. Esta, es otra de las cosas que debemos "agradecer a la Santa Transición", hoy tan celebrada. Nada cambió en 1978. Bueno si, cambió la forma, en el fondo, todo fue más de lo mismo.
Si queremos un auténtico cambio, tenemos que contar con unos medios de comunicación, auténticamente libres. Si queremos el cambio, las licencias para la implantación de medios audiovisuales, tienen que dejar de estar en las manos de nuestros sátrapas autonómicos. No puede ser que los medios de comunicación, sean, la correa de trasmisión de la crispación reinante en la política.
Es patético, escuchar y ver, todas esas tertulias, llenas de gente sin idea de nada, o con una idea preconcebida de todo, opinar día a día, tirarse al cuello unos contra otros, sacar a flote su intolerancia y su falta de educación, interrumpirse unos a otros constantemente, chillar como un grupo de madamas en una reunión del Ejército de Salvación. Es patético, que el escenario audiovisual español, se haya convertido en un patio de vecinos, donde tiene más razón, el que más voces pega. Es repulsivo. A quien inventó las tertulias televisivas y radiofónicas, habría que jubilarlo, por cretino.

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