Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

miércoles, 24 de marzo de 2010

El Sur.

Hace unos días nos enteramos de los planes de Rodríguez Zapatero para intentar no perder el suculento granero de votos que tiene en el Sur peninsular, y más concretamente en Extremadura y Andalucía; la reducción del requisito de 30 días trabajados al año, bajado a 20 días, para cobrar el subsidio de desempleo agrario.
Es el sino del Sur; ser granero del resto; bien sea granero de votos o de grano.
Cuando alguien de fuera piensa en Extremadura y Andalucía, piensa en paro, exclusión, miseria, España profunda, molicie, vagancia, desidia.
El Sur es algo irreal. Allí las cosas, muchas veces parecen ser, y otras simplemente lo son.
El PER; tan nombrado, tan reiterado, tan unido a la percepción de pobreza, vagancia y picaresca sureña; no sabe realmente nadie ni lo que es, ni lo que fue, ni quien lo puso en marcha, ni porque.
¿Que es el PER? (Plan de Empleo Rural). Fácil. El PER, fue algo que se sacó de la manga el gobierno de la UCD, al final de su vida, en su estertor. Un plan, dirigido a dos regiones eminentemente agrícolas y ganaderas, pobres, con una fuerte emigración, con unas fuertes desigualdades sociales, con una gran dependencia de su población del sector primario. El objetivo del PER, fue subvencionar obras públicas en el mundo rural extremeño-andaluz, empleando para ello mano de obra procedente del mundo agrícola, tan abundante entonces y ahora en la España meridional. El PER, no es ningún subsidio, ni lo fue hace 30 años, cuando salió a la luz. El PER, fue lo mas parecido, entonces, a lo que hoy es el Plan E. Se le daba dinero a los ayuntamientos andaluces y extremeños para que estos lo emplearan en llevar a cabo infraestructuras con el requisito de que se empleara mano de obra autóctona y parada del campo de estas dos regiones. Para ello se utilizaban, y se siguen utilizando las listas del INEM.
Luego, se sacaron de la manga el subsidio de desempleo agrario, que iba unido al PER. Para poder cobrar ese subsidio, como hemos dicho antes, se necesitaban justificar un máximo de 30 días trabajados por año; las famosas 30 peonadas. Ahí empezó la picaresca; pero ojo, no solo de los trabajadores agrícolas, sino también de algunos empresarios de este sector, poco escrupulosos, que las vendían a los trabajadores que no las hubieran completado.
Como digo, el PER y el subsidio de desempleo agrario, fueron una invención de la extinta UCD. Pero, he aquí, que el PSOE, mayoritario en Extremadura y Andalucía, vio allí un filón. Vio allí la posibilidad de mantenerse en el poder indefinidamente; y se puso manos a la obra. Un plan que en sus orígenes fue ideado de manera transitoria para frenar la sangría de gente que en décadas pasadas dejaron el Sur, para emigrar a otras regiones u otros países, se impuso como manera de hacer política, como máquina electoral.
El PER no fue ideado para que durara 30 años, como ha durado. Fue ideado para emplear a una masa social de difícil adecuación en otros sectores, inexistentes en las economías andaluza y extremeña, a la espera de que estos sectores (Industrial y/o servicios) se crearan. No se crearon, se mantuvo el sistema tal y como estaba, y la consecuencia es 30 años después la que ustedes se habrán imaginado: Dos sociedades poco desarrolladas; dependientes exclusivamente de la agricultura; con un enorme índice de desempleo y con un clientelismo, una corrupción y un nepotismo brutales.
Y treinta años después; ¿que se le ha ocurrido a la cabeza "locuaz", "ocurrente" y "despierta" de nuestro "querido y amado" Rodríguez Zapatero para paliar esta situación? Sencillo; reducir el requisito de 30 días trabajados por año para cobrar el subsidio, a 20.
Las encuestas pronostican un batacazo grave del PSOE en Andalucía. No así en Extremadura. Para remediarlo, Zapatero se apunta a la vieja fórmula de subsidiar a extremeños y andaluces. 30 años después, el plan sigue siendo el mismo.
Dice un refrán que no hay mal que 100 años dure. Lo digo como extremeño; igual ha llegado el momento de pensar con la cabeza, de sacar el orgullo y de mandarles con su limosna a tomar viento. Igual ha llegado el momento de demostrar al resto de España nuestro sentido de la dignidad y nuestro patriotismo. Extremadura; Andalucía también, tienen futuro; pero ese futuro solo lo podemos construir los extremeños y los andaluces, volviendo la espalda a quienes durante 30 años se han creído los amos del cortijo y no han dudado en insultarnos dándonos migajas. España, Extremadura y Andalucía, así lo requieren en estos tiempos difíciles. Treinta años de esta manera de hacer las cosas, son más que suficientes. Es hora de despertar.
Que así sea.

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