Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

lunes, 30 de agosto de 2010

El aviso del Sultán.

Abd el-Krim.

El sultán nos ha mandado una nueva andanada. Ahora, Zapatero, tarde, como casi siempre en la política exterior española, pide explicaciones. Hace tiempo, mucho tiempo que la acción diplomática española con respecto a Marruecos no es la mejor. La que no podía ser mejor y, al mismo tiempo, peor para nosotros es la actuación de Mohamed VI. El no se engaña. Sabe lo que quiere y como lo quiere.

Bandera de la República del Rif.

Su padre; Hassan II, dicen los que saben de esto, era un auténtico zorro de la diplomacia. Supo acercarse a los árboles que más sombra daban en esta complicada zona del Mediterraneo Occidental. Mohamed VI sigue sus pautas, sin apartarse un ápice de las consignas paternas: Aprovechar las debilidades del enemigo, sus contradicciones y sus divisiones internas, tener paciencia, mucha paciencia y rodearse de los aliados más fuertes y cuando más patente sea la debilidad, lanzarse al cuello del enemigo.



Hemos de reconocerlo, Mohamed VI es un digno sucesor de su padre. Igual que el, juega con nosotros al gato y al ratón, igual que el, de vez en cuando le gusta salir y provocarnos, sacarnos los colores, poner en evidencia nuestros falsos aires de superpotencia venida a menos. El incidente en la frontera melillense en pasadas fechas fue una prueba de ello, la agresión a unos activistas españoles pro libertad del Sahara Occidental este fin de semana pasado, es otra. Cuarenta años haciéndonos la misma jugada y todavía no hemos acertado a darle jaque y, el problema, no es ya que Rodríguez Zapatero de una imagen de más o menos respetabilidad, no se vayan ustedes a creer. El problema es que ningún presidente español, pasado, presente y nos tememos mucho que futuro, por miedo, por mandato de otros o vayan vuestras mercedes a saber porque causas, no han dado la talla en lo que a Marruecos se refiere.



Algunos, en Occidente, creen que es mejor no molestar mucho al "Príncipe de los Creyentes", no vaya a ser que quien le sustituya, vaya a ser peor. Ahí entra el temor, el miedo, al terrorismo islámico. Alguien nos dice que para mantener a raya a los terroristas, lo mejor es que el "status quo" de la zona del Magreb, se mantenga como está y que no demos mucho la tabarra ni se nos pase por la imaginación apoyar las reivindicaciones, justas por otro lado, de los saharauis del sur y de los rifeños bereberes del norte. Bueno, esa podría ser una opinión razonable si fuera cierto que con Mohamed VI, los terroristas no campan a sus anchas. Lo cierto es que Al Qaeda se ha asentado en el Magreb, lo indiscutible es que cada vez que desarticulan a un grupo terrorista islámico en España o en otro país de Europa, encuentran a algunos marroquíes entre ellos. Pero no, nada más lejos de nuestra intención achacar el terrorismo islámico a la permisividad de su Majestad para con los "malos", aunque un mes si y otro también sea inculpado por delitos de terrorismo algún súbdito suyo, aunque en los atentados que sufrió Madrid el 11 de marzo de 2004, la mayoría de los perpretadores fueran marroquíes. Es la diferencia entre la civilización y la barbarie; en la civilización para culpar a alguien de algo, se necesitan pruebas, en la barbarie no.
A todo esto se une nuestra ceguera y nuestra estupidez, propias de una sociedad indolente, idiotizada por la falsa opulencia y por la droga del megaconsumismo. Una sociedad así vive de espaldas a la realidad, creyente de que las cosas pasan porque si, y que para conseguir un objetivo no hace falta inteligencia y esfuerzo, sino una buena tarjeta de crédito que nos lo solucione todo. Desconocemos totalmente la idiosincrasia de nuestro vecino del sur. Llamamos "moro" a todo aquel que vive al sur de Tarifa, no diferenciamos y sobre todo no separamos el trigo de la paja. No lo hacemos nosotros, a nivel individual y, lo que es más grave, no lo hacen nuestros políticos y no por desconocimiento, sino por falso progresismo, por "buenismo" y por dar una imagen políticamente correcta.
Al sur de Tarifa, en el Reino de Marruecos, hay más diferencias de las que nos creemos. Parece mentira que parte tan importante del reino como es el Rif, fuera un protectorado nuestro. Allí gobernamos, allí sufrimos, allí murieron compatriotas nuestros.
España frente a las presiones a favor de la independencia de los territorios marroquíes que controlaba firmó en abril de 1956 la independncia del Rif y su integración en un Marruecos "francófono" y enemigo de nuestra seguridad. Ya ven, entonces con el "Caudillo" en plenas facultades físicas y no como en el 75 cuando sucedió el episodio de la "Marcha Verde". Probalemente, poco podríamos haber hecho, ya que siempre lo he dicho, España limita al norte con Francia y al sur también. España pintaba poco o nada en la escena internacional en esa época y claro, pasó lo que pasó. Desde entonces el Rif y los rifeños se han visto excluidos de la vida política del Marruecos independiente, y así en 1958 se produjo la revuelta del Rif contra las tropas de Mohamed V, abuelo del actual monarca, que se saldó con unas 8.000 bajas entre la población civil. Hassan II, durante todo su reinado, sumió al Rif en la pobreza y la ignorancia, con la idea de que esto podría acabar con las ansias independentistas que una vez partieron de mentes intelectuales haciendo desaparecer cualquier estudio de la lengua y cultura bereberes de la zona. Más aún, Marruecos ha influido también (A través de acuerdos no escritos con los distintos gobiernos españoles) en la población bereber de Melilla, donde se ha procurado de igual manera desvanecer la verdadera historia de los pobladores del Rif. A mediados de los 90, la política de Hassan II hacia los rifeños sufrió un timidísimo cambio, más que nada para satisfacer la petición de buen comportamiento del "primo del zumosol" francés.

Bandera bereber.

Durante el reinado de Hassan II, etapa conocida como los "Años de Plomo", el pueblo rifeño fue reprimido a la vez que marginado. Debido a ello se conoce la existencia de ciertas organizaciones políticas que reclaman desde un desarrollo autonómico para la zona hasta la separación de dicho territorio de Marruecos.
En Melilla, la situación de los rifeños cambió de manera radical con los acontecimientos de 1986, donde una revuelta popular dirigida por Aomar Mohamed Dudú, exigió los derechos que la población bereber de Melilla tenía de ser reconocida española. El delegado del Gobierno Español del momento, Manuel Céspedes, concedió una medida sin precedentes otorgando a la gran mayoría de bereberes residentes en la Ciudad Autónoma (Con la llamada tarjeta de estadística) el DNI español, con la oposición, entre otros de Alianza Popular y de la Unión del Pueblo Melillense.
En 2008, Mohamed VI, siguiendo la política hecha por su progenitor, declaró "fuera de la ley" al principal partido político bereber, el Partido Domocrático Amazigue Marroquí (PDAM), lo que originó un fuerte descontento popular en el Rif.
El Rif es una zona geográfica muy extensa, ya que va desde la frontera con Argelia hasta Tetuán. Pero hay una diferencia entre el Rif geográfico y el étnico, ya que las montañas cercanas a Tetuán y Chauen reciben hoy el nombre de Yebala y sus habitantes, conocidos como yeblis (Montañeses) quienes étnicamente son bereberes, hablan la lengua árabe. El aspecto físico de los auténticos rifeños, de los bereberes se asemeja bastante al de los europeos y una gran proporción de ellos presenta piel clara, ojos azules grises o verdes y cabello rubio, castaño o pelirrojo.
Cono podemos ver, el vecino del sur se presenta bastante diferente en la realidad, que en la ficción de los intereses geopolíticos, que nos hablan de un Marruecos 99% árabe y unido. Nada más lejos de la realidad.
El sultán nos ha avisado, una vez más, incluso después de ser tan proclives al "a mandar señorito que para eso estamos" de los distintos gobiernos españoles. Téngamoslo en cuenta, para el futuro, para el largo plazo. El Sahara y el Rif independientes, son lo mejor para los intereses, primero de las poblaciones saharaui y bereber y, segundo de nuestra patria.
Quizá, digo yo, humildemente claro, desde mi desconocimiento, que si Mohamed VI estuviera "entretenido" en casa, no saldría fuera a tocar las narices a los demás. Claro, que igual, al vecino del norte, a Francia, gran ideólogo de este Marruecos "irreal", no le haría mucha gracia, supongo. Puestos a suponer, suponemos que a los Estados Unidos, tampoco. ¿O si? Imagino que nuestros queridos políticos habrán evaluado esta posibilidad, ¿no?.
Más vale prevenir, que curar.

2 comentarios:

inisfree dijo...

Una entrada muy interesante y acertada. Poco que añadir. Pero, en definitiva, Marruecos nos ha tocado, nos toca y nos tocará las narices, básicamente, porque nos dejamos, porque no nos hacemos respetar.

A corto plazo, es algo "sólo" molesto. Pero, ¡ojo! con el medio y largo plazo. Como bien dices, la paciencia es una de sus virtudes.

Colectivo Afectados por el Hijoputismo (CAHP) dijo...

Por eso es conveniente no echar en saco roto las reclamaciones territoriales de saharauis y bereberes. El Reino de Marruecos tal y como lo conocemos ahora mismo, es un ente artificial diseñado para salvaguardar los intereses de Francia en la zona.
Lo más triste es que España, una vez más cederá, no ya por miedo a Marruecos, sino por miedo a un aliado de Francia, nuestro eterno problema. La posibilidad de una república rifeña, diferenciada de Marruecos es algo que se estudió, sobre todo en el Reino Unido para parar los intereses franceses al otro lado del Estrecho de Gibraltar. Al final no pudo ser, entre otras cosas porque cedimos a los propósitos franco-marroquíes muy facilmente. Es lo que seguimos haciendo. Saludos.