Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La burbuja vista desde fuera.


Hace unos días, el diario "The New York Times" hacía el trabajo que ha evitado hacer la prensa española, principalmente la que se las da de liberal, de ir con la verdad por delante, de no tener ataduras: Denunciar los abusos de los bancos, en el superprotegido por el poder, mercado inmobiliario español.
Se hacía eco el artículo de los padecimientos de los deudores que tenían que sufrir clausulas abusivas, procedimientos legales increibles, vistos desde una economía de mercado, avanzada y moderna, la pesadilla que debe de ser que te "claven" honorarios y costas abusivas y, sobre todo, una deuda de por vida.
Esto dicho desde un país que ha tenido su propia desgracia inmobiliaria, en el que las leyes en el, ni defienden ni dejan de hacerlo a los bancos o a sus clientes potenciales. Eso si, allí si uno no puede pagar su préstamo hipotecario, se entrega la casa al banco y, digámoslo así, la deuda queda saldada. De ahí el "picado en barrena" en el que han entrado muchas entidades crediticias norteamericanas, por otra parte, sabían a lo que se atenían, sabían el riesgo que corrían al prestar dinero a gente que dificilmente lo iba a poder devolver. ¿Les suena?
Es curioso que la noticia, tanto en la prensa más próxima al gobierno, como la más agresiva con el, se haya pasado por alto. La alusión de un medio tan importante como el "Times" neoyorquino, con lo dado que somos aquí a "paletear" y darnos aire cuando un medio tan importante del "Imperio" hace referencia a España, es siempre noticia. Al parecer, ahora no interesaba darle mucho bombo a esta alusión neoyorkina.
Seguramente haya sonado la trompeta de la censura, y se haya conminado a las jefaturas de las redacciones a minimizar la noticia de que fuera de nuestras fronteras no comprenden, no entienden, no les entra en la cabeza, nuestra manera de ver las cosas, nuestra soberana manía de evitar el bien común y potenciar y patrocinar el bien de unos pocos y, nuestro servilismo y nuestra estupidez, endémicos ambos.
En los Estados Unidos se ha obligado a las entidades bancarias a "confesar sus pecados". Aquí no. Aquí estamos protegiendo y tapando una política hipotecaria erronea, abusiva y a todas luces injusta con la mayoría.
Me da vergüenza que estas situaciones nos la tenga que enmendar, denunciar, poner negro sobre blanco, la prensa extranjera.
Este país es cada día más penoso.

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