Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

viernes, 23 de septiembre de 2011

La Censura.


Es de sobra sabido, qué en España no hay toda la libertad de prensa que sería deseable para una democracia.
Los medios de comunicación agrupados, las concesiones de licencias radio-televisivas hechas a dedo por los deferentes sátrapas autonómicos, y la no mención en sus informaciones económicas de la mala praxis comercial y/o laboral de algunos anunciantes, son clara prueba de ello.
Por supuesto las televisiones y las radios públicas no se escapan a esta práctica. El último ejemplo lo tenemos en el intento de los miembros del consejo de administración de RTVE de inmiscuirse, de meter sus napias, de mangonear y de controlar, como si de comisarios políticos se tratara, el trabajo de los profesionales del ente público, más concretamente el trabajo de los responsables de informativos.
Esta "ejemplar" medida, más propia de la República Popular de Banania, que de un país que se dice, pertenece al primer mundo, fue aprobada con los votos a favor de los consejeros del PP y de CiU, con las abstenciones de los del PSOE y de CC.OO y con los votos en contra de los de IU y UGT.
Conforme se van acercando las elecciones programadas para el próximo 20-N, va cundiendo, cada vez más, el nerviosismo en las maquinarias electorales de los partidos políticos. De casi todos ellos.
Hay miedo, mucho miedo, al altísimo grado de abstención que se vislumbra de aquí al día de la cita electoral. Ni PP, ni PSOE las tienen todas consigo. La mayoría que anuncian las encuestas para Mariano, se podrían convertir en un regalo envenenado si no va acompañada de una mayoría absoluta y aplastante. Si la mayoría fuera simple, fruto de la torpeza, la incapacidad y el esperar a que la fruta caiga del árbol, tal y como está el país, se teme la mayor de las tragedias, a largo plazo, en las filas "peperas".
En el PSOE la cosa no está mejor. Se teme un descalabro sin paliativos y sin precedentes. Suena como barrera psicológica la cifra de los 100 escaños. Por debajo de esa cifra, las elecciones, serían una catástrofe.
Pero unos y otros, todos, lo que temen de verdad, lo que no dejan de preguntarse, es hacia donde van a ir los votos de tanto descontento con todos o casi todos los actuantes presentes, o ausentes, según se mire, en el arco parlamentario. Hay pavor a una tercera vía que obligue a cambiar demasiadas cosas. De ahí la cacicada, o el intento de ella, ayer en el consejo de administración de RTVE, la cual, como cantaba demasiado, fue retirada en seguida, no por ello, sin dejar con el culo al aire a más de uno, y de dos.

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