Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

miércoles, 22 de febrero de 2012

El modelo de revolución política: La revolución inglesa del siglo XVII.



Durante la historia, se ha hablado mucho y se ha escrito más, de modelos de revolución política que han trascendido tanto, que han quedado como iconos de para el imaginario colectivo. La revolución francesa, la revolución americana que dio como resultado el nacimiento de los Estados Unidos de Norte América, la revolución rusa. Se ha hablado y escrito, sin embargo menos, de otras revoluciones que en la historia han sido. No sabemos por qué. Quizá porque no llegaron a triunfar del todo, por ser el resultado de ellas, una vuelta atrás, una rectificación y, sin embargo, un éxito. Este podría ser el caso de la revolución inglesa del siglo XVII, la cual dio como resultado, al igual que la francesa, la caída de la monarquía absoluta, de manera sangrienta, al igual que en el caso francés, pero, al contrario que en la revolución ocurrida en el país galo un siglo más tarde, en Inglaterra tuvo un éxito absoluto, al final, el regreso de la monarquía al poder con un exhaustivo y férreo control parlamentario. Se podría decir que tras la revolución inglesa nació el parlamentarismo moderno. Veamos pues cuales fueron los principales momentos de la misma y los acontecimiento que la antecedieron:

1553-1558: María Tudor, esposa de Felipe II y aliada de España lleva a Inglaterra a una serie de guerras contra Francia y a la persecución religiosa de anglicanos y calvinistas. A su muerte, España y los católicos fueron considerados como los máximos enemigos de la Corona británica.

1559-1603: Sube al trono la hermana de María, Isabel I, hija de Enrique VIII y Ana Bolena. Comienza una persecución feroz de los católicos y el anglicanismo se impone como credo dominante. Se persigue a muchos aristócratas católicos y se les confiscan sus propiedades. Se consolida el poder absoluto de la monarquía.

1603: Isabel I muere sin hijos y sube al trono una nueva dinastía, la escocesa de los Estuardo. Su primer monarca fue Jacobo I, que reinó hasta 1625. Durante este periodo se produjeron conflictos entre el rey y el Parlamento por las pretensiones del monarca de conseguir dinero para sufragar sus guerras. En 1614 disolvió el parlamento.

1625: Sube al trono Carlos I, hijo de Jacobo. Defensor convencido del absolutismo, pretende gobernar sin la Cámara de los Lores. Se inicia un conflicto permanente entre el rey y el Parlamento. En 1629, Carlos I disuelve las cámaras acusándolas de traición. También durante su reinado se produce una feroz persecución de católicos y puritanos (Calvinistas).

1640: Ante las necesidades de dinero para sufragar la guerra contra los rebeldes escoceses, el rey convoca al Parlamento. Este está dominado por los puritanos que se enfrentan a él.

1642-1649: Como consecuencia de este enfrentamiento, comienza una sangrienta guerra civil entre el rey, apoyado por la mayoría de la aristocracia, y el Parlamento, apoyado por la burguesía de las ciudades en su mayoría y por algunos pequeños propietarios rurales. Al frente de las tropas parlamentarias estaba Oliver Cromwell, puritano y miembro de la pequeña nobleza. La guerra es ganada por el bando parlamentario y, tras la cual, se toma prisionero al rey y se le ejecuta, estableciéndose un régimen republicano gobernado por el Parlamento.

1649-1658: Cromwell se constituye en máxima autoridad de la República. Tras unos primeros tiempos de inestabilidad, sofoca con éxito las rebeliones de Escocia e Irlanda. Se toman medidas que favorecen a la burguesía y, en general se organiza el estado de manera eficaz.

1658-1660: Muere Cromwell y le sucede su hijo, el cual solamente dura dos años en el poder. No muestra este la misma eficacia para los asuntos políticos y económicos que su padre y es obligado a dimitir.

1660-1688: Se restaura la monarquía y vuelve al poder la dinastía de los Estuardo en la persona de Jacobo II. El rey intenta volver al absolutismo. Vuelven las tensiones de la monarquía con el Parlamento. Este redactó el "Habeas Corpus Act" que protegía legalmente al individuo frente a detenciones arbitrarias.

1688: Se produce la revolución llamada "gloriosa". Se expulsa del país a Jacobo II.

1689: Se ofrece la monarquía a Guillermo de Orange quien acepta. Como condición indispensable se obliga al nuevo rey a firmar la Declaración de Derechos (Bill of Rigths), iniciándose un sistema de gobierno en el que el poder se reparte entre el monarca y el Parlamento y, que con diversas modificaciones, ha llegado hasta nuestros días.

Y hasta aquí los puntos más importantes, anteriores y posteriores, de la revolución inglesa del siglo XVII, eso si, por exigencias de espacio, muy resumidos, resumidísimos.

Como podrán comprobar, esta revolución al igual que la francesa, tiene un componente de rebelión de la burguesía, de búsqueda por parte de esta de un mayor equilibrio en la carga de los impuestos en comparación con la aristocracia. Como la revolución francesa, esta tiene un periodo republicano, el cual fracasa y da lugar a una vuelta de la monarquía, al final, con un mayor control parlamentario. También podrán observar como esta revolución se desarrolla en un ambiente de persecución religiosa, tanto de católicos como de protestantes. Esta situación dejó honda huella en todo el Reino Unido y sus consecuencias también han llegado hasta hoy.

En definitiva y en resumen, la revolución inglesa del XVII, podríamos decir que es la gran olvidada por los historiadores de todos los países occidentales y, sin embargo, podría decirse que fue la experiencia más ejemplarizante para cualquier proceso democrático naciente.

No hay comentarios: