Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

lunes, 6 de febrero de 2012

La reforma: Por sus frutos los conoceréis.



La pasada semana, Luís De Guindos anunció una "reforma" financiera. ¿Hacía falta reformar algo? Si la ley se hubiera respetado, si el Banco de España hubiera cumplido con su cometido, si el vigía no se hubiera dormido en medio de la guardia, igual no tendría que haber salido el bueno de don Luís a anunciar reforma ninguna.

Pero lo que de verdad vino a anunciar la pasada semana De Guindos no fue una reforma, lo que de verdad vino a anunciar fue una concentración bancaria en muy pocas manos, el derrumbamiento de la oferta, el monopolio, el oligopolio bancario; y de paso, el reconocimiento de que los balances de la mayoría de las entidades españolas están falseados y que el ladrillo, que prima en esos balances, no valen lo que nuestras "lumbreras" bancarias y económicas pretenden que valga.

Podría, el bueno de don Luis habernos dado el nombre o los nombres de quien o quienes habían mirado para otro lado, mientras se cometía el atropello. También nos podría haber dicho el por qué de todo esto, con qué fin, cómo, cuándo...Dice la Biblia, que un árbol bueno siempre dará frutos buenos y que un árbol malo siempre los dará malos y, que un árbol bueno no puede nunca dar frutos malos y, que uno malo nunca puede dar frutos buenos. En definitiva, la Biblia nos dice que por sus frutos conoceremos al árbol.

Los malo no quieren dispersión, los malos quieren concentración. Es lo que certificó la semana pasada Luís de Guindos. No es verdad que con las medidas anunciadas vaya a fluir el crédito, pues para ello lo que hace falta es confianza, juego limpio y transparencia, tres cosas que no se da ahora mismo en España.

No; no son liberales. Es mentira que lo sean. Prefieren la concentración en pocas manos, a la libertad, como si de un estalinista cualquiera se tratase. Todos estos años han estado guardando y escondiendo las vergüenzas propias y ajenas. No han confesado sus pecados y, lo peor de todo, no piensan purgar por ellos. Ese es el gran problema. Quieren que la porquería siga fluyendo, siga corriendo libremente, y no se dan cuenta que las cloacas están hasta arriba.

Los mismos telepredicadores autoproclamados liberales, andan erre que erre, día si y día también, proclamando a los cuatro vientos que el tejido empresarial español está demasiado disperso, que hay demasiadas empresas medianas y pequeñas. Nos dan remedios como la concentración para remediar esa "tara". ¡Vaya liberales!. Si; definitivamente por sus frutos los conoceréis.

Todo país, toda sociedad que intente concentrar a sus distintas empresas actuantes en los más variados sectores de la economía, disminuyendo el número de esos actuantes,, cargándose la variedad de la oferta, no es una sociedad libre, ni los que proclamen estos, pueden ser tenidos por liberales.

Por sus frutos los conoceréis.

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