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"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)
(Marqués de Sade)
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miércoles, 25 de septiembre de 2013
La luz; que cruz.
Finalizando septiembre. El veranillo de San Miguel se hace sentir. En el campo empieza la vendimia y los jornaleros de media España esperan como agua de mayo la recogida de la primera aceituna, la de mesa, que les de algo de tregua a sus bolsillos hasta la Navidad. Las golondrinas emigran y dejan limpio el cielo el cielo vespertino de las ciudades y los pueblos, y dejan limpios de caca los tejados. Las primeras nubes se dejan ver, y pronto vendrán los primeros fríos.
Por la calle, la gente no habla de otra cosa; la subida de la luz. Otra más. ¿Cuantas van ya? Por la tele, sale el ministro Soria, el clon de José María Aznar, a intentar explicar a los españoles la lógica de lo ilógico, del tema en cuestión de la subida de la luz. Las eléctricas, las cuales fueron malvendidas por el estado para caer en manos de los de siempre, los cuales mantienen el monopolio, el chiringuito subvencionado que amenaza las economías de los españoles más pobres, año si y año también nos vuelven a apretar la soga en el cuello. "Menudo chollo. Así cualquiera es empresario, privatizando el chiringuito estatal sin liberalizar realmente nada", comenta el tertuliano de bareto, frente a la copa de Chinchón seco mañanera.
La gente se toma la medida de la subida de la luz, con la resignación cristiana habitual, sin entender nada de lo que pasa. La gente solamente sabe que antes, mil duros eran mil duros, y que ahora treinta euros no dan para nada. A la gente la bombardean a diario con el caso Bárcenas, con la privatización de la sanidad, con los recortes en educación, con la memoria histórica, con las operaciones de cadera del rey, el gol de Cristiano Ronaldo y la última sobre las aventuras y desventuras amorosas del famoseo patrio. Eso, todo, metido en una coctelera, da a luz un cóctel de pasotismo y de idiotez, que permite a la casta imperante seguir esquilmando al más pintado.
A don Lino, notario jubilado, ochenta años, doliente de próstata, de hipertensión y de artrosis, con una pensión que te cagas, fruto de años de estudio y de trabajo, la subida de la luz se la trae floja. A Nestor de Jesús, el boliviano sin papeles que los siete hijos de don Lino han contratado al módico precio de 10 euros la hora, para que se ocupe de su augusto padre, es la noticia que más le interesa del ABC que don Lino ha comprado en el quiosco de la esquina, como cada mañana. Al quiosquero, un profesional de la información en toda regla, también es la noticia que más le interesa. "A donde vamos a llegar", comenta mientras da las vueltas de los diez euros que le ha dado don Lino.
Todo se podría solucionar llenando España de paneles solares. En este país con tantas horas de sol. ¡Ay; el sol! Ese del que tanto presumimos los españoles. Si. Sería quizás una solución. Poner paneles, aquí, allá, acullá, en su tejado, en el mío. El 100% de la factura no se la iba a ahorrar. Quizás el 10 o el 20, que no sería moco de pavo. Pudiera ser. Para esa eventualidad, Soria, nuestro diligente ministro del ramo ya ha tenido una idea feliz y disparatada; grabar a todo aquel que intente, solamente que intente, ahorrarse pagar una parte de su factura de la luz, rebajando esta a base de energía limpia, como es la solar. Las eléctricas pierden su augusto trasero por felicitar al ministro por la hazaña.
Todos los países de nuestro entorno, están investigando la generación de energías limpias. Sobre todo las energías eólica y solar, y subvencionan la puesta en marcha de las mismas. La cosa genera ahorro, riqueza y puestos de trabajo, además de ser una apuesta por la innovación y el desarrollo. Alemania, Gran Bretaña, Holanda, los países del norte de Europa en general, que ya quisieran de gozar del viento y el sol de España apuestan por las energías limpias. Aún más los Estados Unidos de América y Japón, dos superpotencias. Y nosotros, como siempre, mirando por los intereses del poderoso y anticuado oligarca ibérico. "A mandá señorito, que pa eso tamo".
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domingo, 15 de septiembre de 2013
¿Cuando empezó todo esta locura?
11 de septiembre. Diada nacional de Cataluña. Se conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas en la guerra de sucesión al trono de España acaecida en 1714. El año que viene se cumplirán 300 años de la efeméride. En la capital, Barcelona, existe una estatua de don Rafael de Casanova, martir aunque no virgen, al cual el nacionalismo catalán se ha empeñado en dibujar como un nacionalista furibundo, anti español y anti castellano, el Carod-Rovira de la época, vamos. Cada año, ante esa estatua se depositan flores ofrendadas por los distintos partidos políticos y los estamentos sociales que sobresalen en la sociedad catalana. Este acto institucional, normalmente sirve para que el vulgo pite a gusto a diestro y siniestro, a tirios y troyanos (Más a los tirios que a los troyanos), y se desfogue, algo así como pasa en Madrid con el desfile del 12 de octubre.
Este año, las mentes pensantes del nacionalismo catalán, que no son muchas, han pensado en hacer una cadena humana que vaya desde la frontera norte de Cataluña en el pirineo a la sureña limítrofe con Castellón. El motivo ha sido demostrar al resto del imperio las ansias independentistas del personal, el cual, según ellos, no puede más, cada día se levantan con un único pensamiento en la mollera; salir de España cuanto antes y convertirse en estado soberano dentro de la Unión Europea (Lo cual es una soberana gilipollez, además de un contrasentido, cambiar Madrid por Bruselas que está mucho más lejos; pero bueno, allá ellos).
La cadena humana nacionalista es seguida masivamente por los medios de comunicación catalanes, públicos y semi públicos, esto es; los privados que comen pienso en el pesebre público de la Generalidad. Una radio semi pública conecta en directo con el evento. El periodista le pone el micrófono en la boca a uno de los "encadenados",
-¿Como te llamas?; le pregunta.
-Ahmed.
-¿Y eres catalán?
-Si, nací en Marraquech.
-Si señor, un "nou catalá". ¿Y que piensas de todo esto?
-Pues nada; que lo conseguimos, que al final conseguimos la independencia.
Ayer Sábado noche. Telecinco. Debate. Tres defensores de la independencia de Cataluña, capitaneados por la ínclita Pilar Rahola, contra tres defensores de la no independencia de Cataluña, capitaneados por nosequién. Alguien del público asistente, una mujer, habla. No recuerdo su nombre.
-Hola, ¿A favor o en contra?, le pregunta a la mujer la entrevistadora.
-Yo a favor.
-¿Tú eres de...
-Nací en Galicia pero llevo viviendo 9 años en Cataluña, soy catalana y gallega....
Le pasan el micrófono a un señor de mediana edad que está junto a la gallegocatalana.
-¿A favor o en contra?, le pregunta la periodista al señor de mediana edad.
-Por supuesto que en contra, dice el señor.
-¿De donde es usted?
-Yo catalán por los cuatro costados, hijo, nieto y bisnieto de catalanes, y además me considero español, muy español.
Se hace el silencio que lleva a la reflexión.
¿Cuando empezó toda esta locura? ¿Cuando nos dio por suicidarnos como sociedad, como país, como nación? ¿Por qué? Qué complicado; verdad. Igual todo esto viene de la Santa Transición, cuando algunos, los de siempre tardaron poco y menos en salir corriendo perdiendo el traserillo en busca de una lavadora con centrifugadora que les quitara de encima su pasado franquista, españolista, y otros "istas" que mejor no citaremos aquí.
Año 76; en el ambiente se barrunta lo que va a pasar. El régimen se cae y hay que buscarse poltrona nueva. Joanet y Quim son hijos y nietos de la burguesia catalana que tanto ha medrado con el Caudillo, con la República, con Alfonso XIII, y si seguimos enumerando podríamos llegar hasta Ramón Berenguer I. Joanet sostiene en las manos una barretina, con la que juega curioso.
-¿Que coño es eso?, le pregunta Quim.
-Pareces tonto, nene. ¿Una barretina, es qué no lo ves?
-Hasta ahí llego tú. ¿Pero qué haces tú con eso?. Eso es de paletos.
-Hasta ahora así lo ha sido. A partir de ahora esto se convertirá en un símbolo.
Los cachorros de la oligarquía y la aristocracia catalana son los primeros en comprender por donde van los tiros y no dudan, a partir de entonces, poco después, en las primeras elecciones democráticas en tirarse al barro y captar votos entre los payeses de las comarcas catalanas más cerradas, a los que apenas entienden con su acento campesino y cerrado, ellos que hablan un barceloní castellanizado propio del pijerío de la ciudad condalo. No dudarán en abrazar a esta gente a los que años antes despreciaban por paletos y por provincianos, de los que se reían cuando veían a alguno por las calles de la cosmopolita Barcelona. Ahora la barretina no es paleta, ni la sardana, ni los castellers, ni el acento cerrado de las comarcas pirenaicas perdidas de la mano de Dios y tan lejans de Barcelona. Ahora el negocio está aquí, y hay que renegar de España, de la España centralista, castellanista y fascista, que nos ha llenado los bolsillos hasta ahora.
En la vecina Valencia pasa algo de lo mismo. Los huertanos, con su deje valenciano cerrado eran mal vistos en la capital. Entre las familias burguesas y aristrocráticas de Valencia capital estaba mal visto "parlá valençiá". Eso solo lo hablaban los de pueblo. Pero hete aquí que viene la democracia. El viento empieza a soplar de levante y no de poniente. "Nosaltres volem estatut d'autonomía també", dicen ahora los mismos que se les llenaba la boca de España, cuando gritaban España. Hay que hacer un chiringuito, vernáculo, autóctono. El valenciano se impone a diestro y siniestro en la educación, total es para los hijos de los pobres pues los ricos llevan a sus nenes a colegios caros, donde se enseña en la lengua del imperio, además de en inglés y francés.
A Murcia la hacen uniprovincial al caparle Albacete, que se la endosan a Castilla la Mancha, antes la Nueva. Andalucía también quiere coles. Hecho diferencial andaluz basado en la obra y milagros de Blas Infante, al que mataron en la guerra y que se hizo musulmán, y que escribió tantas majaderías. Se cambia el centralismo madrileño por el sevillano para enfado de, por ejemplo, almerienses, granadinos y jienenses. En el referendum por la autonomía Almería y Jaén votan no. Pero es igual. Queraís o no, esto es lo que hay.
En la vecina Extremadura se rescatan los escritos que Chamizo y Gabriel y Galán hicieron en Castuo, "una variante dialectal del español o castellano, proveniente del astur leonés, que se habla sobre todo en la parte occidental de la región extremeña". Gracias a Dios no se hace mucho hincapié en el Castuo como lengua vernacula. Al fin y al cabo Extremadura es una vaca gorda y rica, pero con la autonomía van a tirar de las tetas las mismas manos que tiraban con el franquismo. Aquí no hace falta disfrazarse de nacionalista, con el disfraz de sociata o de pepero sobra. El nacionalismo extremeño se hunde en el agujero del olvido y ahí sigue, durmiendo el sueño de los justos.
Se cargan el antiguo reino de León y lo unen a Castilla la Vieja, a la cual le capan Santander y Logroño, esta última cuna del castellano escrito. Lo de unir las tres provincias leonesas a Castilla, igual fue por este capamiento cántabro-riojano. Quien sabe. El caso es que nacen La Rioja y Cantabria, dos pesebres más.
Como hemos capado a Murcia quitándole Albacete y uniendo esta a la Mancha, quitamos a esta Madrid y la hacemos comunidad autónoma. ¡Tachaaaaan!. La cúspide del esperpento y de la estupidez, que nos lleva al antro de corrupción en el que está sumida hoy la Villa y Corte y sus alrededores. Otro pesebre más.
Con Galicia pasa algo parecido a lo de Valencia y Cataluña. Las élites, los vástagos de la oligarquía de Vigo, La Coruña y Santiago, que "non falaban galego" ni por asomo por ser lengua de labriegos y palurdos, lo empiezan hablar por los codos. (Es curioso. El gallego en la época medieval era considerada una lengua culta. En ella compuso el rey Alfonso X el sabio buena parte de su extensa obra. Pero eso, los políticos analfabetos ni lo saben, ni les interesa saberlo." Por Dios; que un rey de Castilla escribiera en gallego. Donde se ha visto") Hoy Galicia aspira también a ser nación, independiente, o pendiente de Portugal como quieren algunos, pocos.
En Asturias, poco a poco, van avanzando los que consideran el bable lengua vernácula. Hay que diferenciarse como sea del resto de los españoles. Son los viejos del lugar los que siguen presumiendo de que Asturias es España, y lo demás, tierra conquistada. Por la televisión pública se ven tíos y tías, recién recogido su título de ciencias de la información de la universidad, hablando el bable con cualquier paisano en cualquier pueblín de la montaña. Con la diferencia que se le entiende más al paisano del pueblín que al periodista pijo con la carrera recién terminada, al que se le percibe un inmenso esfuerzo por hablar un dialecto, que solo es lengua en su imaginación enfermiza, y que ha empezado a hablar hace relativamente poco tiempo.
Y del País Vasco y Navarra ya ni hablamos. Con sus leyes medievales y diferenciadoras. Con sus fueros. El 80% de los vascos, y el 95% de los navarros tenían como lengua materna el castellano. Fíjense la diferencia que había, que en el País Vasco, como el canal autonómico de televisión que emitía en euskera no lo veía nadie, básicamente porque no lo entendían, tuvieron que sacar un segundo canal en castellano. El vasco es un idioma en franco retroceso, y un poco artificial. Para unificar los diferentes dialectos, guipuzcoano, vizcaíno y alto navarro, se inventaron el batua. Ha habido incluso lehendakaris que han tenido que aprender la lengua tras haber accedido al cargo, caso de Ibarreche, porque no la sabían. Lo de "Euzkadi", fue la traca de las tracas. Se sacan de la manga lo de las diputaciones forales (Alava, Guipuzcoa y Vizcaya). Cosa del medievo trasladado al siglo XX y que sigue en el XXI. Con su independencia fiscal, con sus mini parlamentos y encima montan la conunidad autónoma vasca, la cual depende del dinero que le suelten las diputaciones forales para funcionar. Una carajal en toda regla. Navarra es con mucho la comunidad autónoma mejor llevada de España, aunque allí, como en el resto del imperio, no falten chorizos.
En resumen; así empezó todo este esperpento, toda esta comedia, toda esta gracieta. Alguien dice que deberíamos volver atrás, quitar el café para todos, dejarle solo capacidad legislativa a Cataluña, País Vasco y Galicia y ceñirnos a lo que pone la constitución pero esta vez interpretando bien su contenido. Aquello de nacionalidades y regiones.
¿Sabe usted de alguien que se atreva a ponerle el cascabel al gato? Yo tampoco
jueves, 12 de septiembre de 2013
Tontilandia Show: "Anda; nos han robado los tiros".
Miércoles; 11 de septiembre. Diada catalana. Una enorme serpiente cuatribarrada, nacionalista y excluyente recorre Cataluña. Llueve en Madrid. Los chicos empiezan el cole con el consiguiente berrinche de los más pequeños a los que les cuesta separarse de las faldas de mamá. Se ha acabado el verano. Los quioscos se inhundan con miles de coleccionables que acabarán en el cubo de la basura. En la universidad las novatadas conviven con el solecito en la yerba del campus y con el mus de la cafetería. En el Congreso de los Diputados el bueno de don Jesús Posada, presidente de la cámara, tiene que suspender la sesión. El motivo: unas goteras. Han estado de reformas durante el mes de agosto en la casa de todos, unos arreglos por aquí, otros por allá, ya se sabe, como dice el refrán, "cuando se hace obra es que sobra". Como estamos en España, no podía haber una obra sin una chapuza de por medio. Como no. El caso es que la sesión se interrumpe porque alguien no hizo bien su trabajo. Pepe gotera y Otilio siguen ahí, en lo más alto.
Dos días después alguien da la voz de alarma; ¡horror!, han tapado cuatro de los cinco tiros que había en el techo del hemiciclo, fruto los tiros al aire (Mejor dicho al techo) que el teniente coronel Antonio Tejero y sus chicos realizaron en aquella noche de tan infausto recuerdo; el 23 de febrero de 1981. Ante las cámaras el bueno de don Jesús pone de manifiesto su pesar. "Fíjense, que a mi aquella noche me pilló de gobernador civil en Huelva", comenta con cara de circunstancias y visiblemente contrariado. El presidente habla con auténtica pena por la pérdida de unos agujeros tan famosos y tantos años conservados. Es más, hace saber que había ordenado a los responsables de las reformas que ni se les ocurriera taparlos, como si de algo propiedad de patrimonio nacional se tratara.
Ya ven, lo que son las cosas. El próximo 6 de diciembre, los visitantes de la casa de todos no podrán girar la cabeza hacia el techo y mostrar los balazos a sus vástagos más jóvenes. El próximo día 6 de diciembre no será ya lo mismo.
Desde don Landelino Lavilla hasta don Jesús Posada, todos los presidentes del congreso, haciendo de anfitriones ante las más altas personalidades extrajeras, han hecho a estos levantar la cabeza hasta el casi descoyunte de la misma, en busca de los agujeros de marras. A continuación han explicado a los cariacontecidos visitantes las bonanzas de nuestra transición, modélica, pacífica, armoniosa, consensuada, reformadora y nada rupturista. Los egregios invitados, cuentan, que según iban escuchando los pormenores de tan recordado día y de toda la transición española, se les iba poniendo una carita de no entender nada de la hostia.
La última: Parece ser que se va abrir un proceso de investigación exhaustivo para ver que es lo que ha ocurrido con los balazos del techo del congreso de los diputados y buscar responsabilidades y responsables. Todavía veremos al rey del gotelé en la cárcel.
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domingo, 8 de septiembre de 2013
1984
Pocas novelas me han entusiasmado tanto, me han abierto tanto la mente y me han echo disfrutar tanto como 1984 de George Orwell.. Magistral, imaginativa. ¿Un aviso de lo que le iba a pasar al mundo de seguir por sendas peligrosas y autoritarias? Seguro.
Orwell fue una de las voces más lúcidas de la literatura británica en el siglo XX. Estudiante en Eton, policía imperial británico en Birmania, lavaplatos en París, librero en Londres, miliciano del POUM en la Guerra Civil española, corresponsal de la BBC y editor literario y columnista de éxito, Orwell fue autor de numerosos ensayos, crónicas y novelas de éxito.
1984 es de esas novelas adelantadas a su tiempo, en las que el lector se siente representado en los hechos y los personajes narrados.
1984 del siglo XX (La novela fue escrita en los años cuarenta del siglo XX) Londres es una ciudad lúgubre y fría, en la que el gobierno controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un funcionario del partido único de Oceanía, una de los tres mega estados en los que se ha dividido el mundo, un peón de este engranaje perverso. Su trabajo consiste en reescribir la historia y adaptarla a lo que el Partido considera que debe ser la versión oficial de los hechos. El mundo de 1984 es un mundo de pensamiento único, de propaganda, de mentiras o de medias verdades, de cifras maquilladas y de noticias sesgadas y manipuladas. El mundo se ha convertido en una inmensa cárcel, un inmenso cuartel, donde pensar es un delito. Un día Winston decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.
Una obra maestra, y un clásico ya de la literatura, indispensable para todo amante de la libertad y de la verdad.
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martes, 3 de septiembre de 2013
Treinta y un parados menos: Entre la mediocridad y la propaganda.
Entre la mediocridad periodística y la propaganda, prefiero la mediocridad. La torpeza del periodista mediocre puede hacer que de cuando en cuando surja de sus fauces una verdad, aunque esta surja sin querer, fruto como decimos de la torpeza. Sin embargo el propagandista nunca dará su brazo a torcer, jamás. Acatará como un perro fiel las órdenes del comisario político de turno, y mentira por los cuatro costados, a diestro y siniestro, sin ambages, sin cortarse un pelo, a calzón quitado, sin aviso previo, atendiendo a la voz de su amo, el poder. Y aún así, ellos también caen al final en la mediocridad.
Hoy, es uno de esos días en los que es mejor no encender la tele, ni la radio, ni leer la prensa. Total, toda o casi toda, está en las mismas manos, y propagandean, y mienten, sin mediocridad aparente, diligentemente, soviéticamente. Hoy nos han dado la fenomenal, la inmensa, la grandísima noticia de que la administración Rajoy Brei ha conseguido bajar el paro en.......31 personas.
Todo el verano, todo el mes de agosto, diciéndonos, contándonos, machacando nuestros oídos con la cantinela de que es el mejor verano en 20 años, que en la costa, los hoteles, los restaurantes, los chiringuitos, las playas han estado hasta la bandera de turistas. Si, señores, si. Esto se mueve, vamos pa'lante como los de Alicante, pa'rriba como los de Villa Arriba. La Seguridad Social vuelva a recuperar cotizantes, si señor, ¡aleluya!.
Pero he aquí que viene el 3 de septiembre, un martes cualquiera, donde los gilipollas están de visita al psicólogo para tratarse su estrés pos vacacional, y los niños más pequeños empiezan el colegio. Un martes cualquiera de septiembre, caluroso, raso, anodino, en el que los propagandistas nos sueltan el gran logro; 31 parados menos. Y nos lo cuentan como una azaña, como lo contaría el difunto y recordado Matías Prats senior, como si del famoso gol de Zarra ante la pérfida albión se tratase.
Y luego está en estos casos el que siempre está contento por todo. Porque aquí el que no se contenta es porque no quiere. Luego está ese Juan Español, acomodaticio, clase medio, zampabollos, idiotizado por el sillón bolea y la salida en tromba al centro comercial de la periferia de los domingos y fiestas de guardar. Ese que dice aquello de: "Hombre, 31 parados menos son 31 parados menos. Podría ser peor". Tu tranquilo Juan, que mientras no te toque a ti, lo demás que reviente si quiere reventar. Esa clase media que cada vez lo es menos, que ve como van perdiendo comba sus vecinos, sus amigos, algún que otro familiar, que espera que la mierda no le llegue a sus hijos, en la universidad ahora mismo, a los que piensa echarles una mano como se ha hecho en España desde tiempo inmemorial: tirando de agenda, mediante enchufe, mediante el cuñado del amigo del subsecretario del subsecretario del subsecretario...
Fuera de España, miran escandalizados nuestros números y se preguntan incrédulos como es que no hay barricadas en las calles. Muy fácil: España se mueve entre la mediocridad y la propaganda, y realmente la crisis no ha llegado del todo hasta la clase media. Nuestro amigo Juan Español se las arregla mal que bien; cuarenta años en la empresa comulgando con ruedas de molino, escondiendo su mediocridad detrás de un pupitre como si de un párvulo torpón se tratara, son una estupenda escuela. A la bajada de sueldo y de derechos Juan responde con el crédito. No está muy endeudado, pues su deuda la adquirió unos años antes del todo vale y de la burbuja inmobiliaria. Juan es de esa clase media, que huyó del arado, que adquirió piso en una ciudad dormitorio, que adquirió segunda residencia en la costa mediterranea y se quedó con la casa de sus padres en el pueblo. Juan tiene a los chicos en vías de terminar la carrera o empezando a trabajar, todavía en casa, porque hay que ver como están los pisos, por las nubes. Juan es lo que dicen los que saben de economía, renta residual, fruto de los años de abundancia. Un hombre con propiedades, con unos ahorrillos en el banco, o en la caja de ahorros de marra, si es que no ha invertido en preferentes, claro. En definitiva; el perfecto consumidor de la mediocridad y la propaganda de la que somos objeto.
Pero que no se duerma. "Todo pasa y todo llega"; que decía el poeta.
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