Mírenlos. Ahí están. Cada San Jorge, van, por supuesto con coche oficial y chofer, a Villalar de los Comuneros. Allí sueltan su discurso repleto de loas a la vieja causa comunera. Paradójicamente, cuando asistimos a una nueva rebelión de los comuneros, en el siglo XXI, en la vieja Castilla, o en lo que queda de ella, estos prebostes cegatos y sus palmeros, miran despectivamente al personal rebelado en El Gamonal, en la ciudad de Burgos, llamándoles ultra izquierdistas peligrosos.
¡Ah; la historia! Tan tergiversable. Tan manipulable.
Padilla, Bravo y Maldonado: Los líderes Comuneros. Que cosas. ¿Verdad? Se rebelaron por casi nada. Un emperador, llamado Carlos V de Alemania y I de España, que se empeñó en sisar todo lo sisable y más, de los bolsillos de los castellanos, para recaudar fondos para su subida al trono imperial alemán, que había heredado de su abuelo paterno. En toda Castilla no se hicieron esperar las muestras de descontento. El personal se cabreó y con razón. Las ciudades, las cuales poseían fueros propios y representantes en las cortes del reino,fueros que los Borbones se encargarían de destrozar unos siglos después, pusieron el grito en el cielo. El rey convocó Cortes en Santiago de Compostela, y la gente en muchas ciudades se amotinó e impidió a sus regidores, y a sus representantes a las mismas, acudir a estas. En segovia, incluso, colgaron a sus representantes por acudir a las Cortes y votar en contra de los intereses de sus representados.
Como terminó aquello ya lo sabemos todos. Ganaron los fuertes, se sofocó la rebelión a sangre y fuego, y para la historia quedó el recuerdo de tres líderes, Padilla, Bravo y Maldonado, que fueron ajusticiados en Villalar, donde cada año peregrinan las gentes para escuchar a sus políticos lanzar loas a la rebelión de sus antepasados.
Hoy, Padilla, Bravo y Maldondo, serían tachados de ultra izquierdistas y anti sistema, por los tertulianos sabelotodo de teles y radios, afines al poder. Tendrían que esperar la friolera de cinco siglos, o casi, para que alguien les rindiera homenaje, dedicara una calle en el madrileño barrio de Salamanca u honrara de alguna forma su memoria.
Hoy, los nuevos comuneros, los habitantes del barrio de Gamonal, en Burgos, han triunfado. Por ahora; al año que viene hay elecciones, ya se sabe. Al final han conseguido que sus regidores atiendan sus peticiones, han puesto de manifiesto que quieren que estos gasten el dinero de los impuestos en ellos, y no se lo den al empresario ladrillero mas cercano, para incrementar más el patrimonio de éste, y que los bolsillos de los contribuyentes decrezcan, y con ellos su calidad de vida.
Es verdad que en décadas pretéritas, próximas en el tiempo, la gente se idiotizó ante tanta obra faraónica, ante tanta pólvora del rey desperdiciada, ante tanta chorrada pagada con dinero de todos. La gente, hipnotizada, no veía que se lo estaban llevando crudo, que, como aquel emperador, I de España y V de Alemania, les estaban sisando para acceder con el dinero de todos a su particular imperio.
Parece que poco a poco, la gente se va dando cuenta de la jugada. Bienvenidos. Al año que viene hay eleccones. Europeas. Al siguiente, municipales, autonómicas y locales. No se engañen. Ellos, los malos también lo saben. Por eso han dejado de apretarles la mano bajo el gaznate. No se engañen. Tienen una oportunidad de oro para mandarlos a paseo y para demostrarles lo equivocados que estaban respecto a ustedes.
Si lo hacen así, igual no hace falta ni rebelarse. Igual.