Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

miércoles, 25 de febrero de 2015

El último guateque.

Pedro le dice a Mariano las verdades del barquero. Mariano se cabrea. Esto no era lo pactado. Celia juega con la tableta. Es el último baile, el último guateque donde todos se miran de reojo, donde nadie se fía de nadie. Es el debate anual sobre el estado de la nación ese que no sirve para nada, un mitin, uno más, auto bombo, propaganda pagado a escote por los de siempre, en este valle de lágrimas.

Todo el mundo tenía en mente a Pablo, ya saben a que Pablo me refiero. Si. Ese. El mismo. Él. Seguramente, el próximo debate no sea igual. Igual Mariano no será ya presidente, ni Pedro líder del PSOE. Igual, Celia no estará ya para jugar con su tableta, o lo estará haciendo en su casa.

El debate fue como siempre: de espaldas a la realidad económica, social y política del país.Un país que no puede mas, que no aguanta más. Mariano se sacó de la manga cual mago algunas medidas, para los autónomos, para los desahuciados, a buenas horas. Pablo, si, ese
Pablo, ha dicho que si él pilla las riendas, que los autónomos pagarán por lo que facturen, sin cuotas, sin nada. Ya ven. Un maestro el Pablo de marras. No hace falta que esté para protagonizar el debate, o lo que sea.

Las cosas se empiazan a poner mal para toda esta patulea. Para Mariano, para Pedro, para Celia y su tableta, para PSOE, PP... Y mira que han tenido potra: el petróleo por los suelos ha posibilitado cierto crecimiento, eso y el precio del dinero a un interés cero coma. Pero nada, chico. Los pobres, cada vez más pobres, y en cuanto a los ricos...

Y luego está Grecia. Tsypras a trompicones va avanzando y ha conseguido de los "malos" una treguilla, casi nada. Eso si, tiene que acabar con la corrupción, la mamandurria, y el "turneo" político de las versiones PP-Psoe en la versión helena del cuento. Por eso estos están cagadetes. Aunque de aquí a las elecciones...

Es el último guateque. La gran movida. El último baile. A partir de ya, marica el último. El que pueda, que se salve.

jueves, 19 de febrero de 2015

Entre Rusia y Alemania; Ucrania. La historia de una tragedia.

"Pobre Méjico, tan lejos de Dios, y tan cerca de los Estados Unidos". Esto lo dijo el mandatario mejicano Porfirio Díaz, hace muchos años. Tantos como memoria tiene el pueblo mejicano de las putadas que les ha hecho, les hace y les hará el vecino del norte. Algo mismo se podría de decir de Ucrania. Tan lejos de Dios y tan cerca de Rusia. O tan lejos de Dios y tan cerca de Rusia y Alemania. A ese carro también se apuntan los polacos.

El caso es que Ucrania siempre ha estado ahí, a medio camino, entre Moscú y Berlín. Por ahí pasaron las tropas alemanas en la Segunda Guerra Mundial, cuando iban pisándole los talones al camarada Stalin, y después, cuando tuvieron que salir huyendo de allí, como alma que lleva el diablo. En Ucrania sucedieron cosas horribles durante la guerra: deportaciones, asesinatos, matanzas colectivas, destrucción de ciudades. El pueblo ucraniano sufrió como pocos las consecuencias de la barbarie. Después de los nazis vino el camarada Stalin, a pedir cuentas porque algunos ucranianos les dio por colaborar con los alemanes, y vuelta a empezar.

Poco a poco, la "normalidad" volvió a Ucrania. El camarada Stalin murió, le sucedió Khruschev, el telón se extendió por Europa, Alemania fue partida en dos, y el peligro desde el lado occidental fue alejado. A Khruschev le sucedió un ucraniano en 1964, Leonid Breznev, un tipo con pinta de oso y con cara de pocos amigos. Pasaron los años. Europa Occidental presumía de estado de bienestar. ¿Quién había dicho que el sistema capitalista era malo para los trabajadores? Los trabajadores occidentales gozaban de un estatus privilegiado, con todas o casi todas sus conquistas sociales reconocidas, y encima en libertad y democracia. ¿Podían decir lo mismo los currelas del otro lado del telón? Pues no. Allí estaban jodidos. Allí la corrupción se mezclaba con la ineficacia económica. La gente tenía trabajo, si, subsistía, también, pero en unas condiciones lamentables, sin libertad, sin democracia, en auténticos estados policiales, en auténticos estados de paranoia mental.

Llegaron los ochenta. Leonid Breznev, el ucraniano con cara de grizzli la espichó, de viejo. Le sucedió Constantín Chernienko, otra vieja gloria de la nomenclatura soviética que duraría poco. A este le sucedió Andropov. Otro que tal. Pero por fin se hizo la luz. No sabemos cómo, ni por qué, pero el caso es que un joven de cincuenta tacos se abrió paso en la gerontocracia soviética. Mijaíl Gorbachov. Además, resulta que el tipo era aperturista. Vinieron la perestroika y la glasnost, la trasparencia y la apertura. Se reconocieron fallos, se entonaron meas culpas, se abrieron ventanas, se levantaron alfombras. Pero en la antigua URSS hacía demasiado frio. Los satélites empezaron a marcharse, y el comunismo soviético empezó a derrumbarse en Alemania Oriental, Rumanía, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, incluso la cerrada Albania. El muro de Berlín cayó. En Yugoslavia, que tenía el régimen comunista mas abierto, el cambio tomó tintes dramáticos a principios de los noventa. La Alemania reunificada no perdió el tiempo y miró con lascivia la Yugoslavia católica y occidentalizante, Croacia y Eslovenia. La Unión Soviética se empezó a partir en trozos. Se empezaron a fugar las republicas bálticas, luego las caucásicas, luego las asiáticas, y por último, las eslavas, Ucrania y Bielorrusia.

Gorbachov cayó con la URSS. A la URSS le sucedió la CEI, y a Gorbachov, en la madre Rusia, le sucedió el ínclito Boris Yeltsin. Hubo un intento de volver hacia atrás, pero el tío Boris lo impidió, subido a un tanque bombardeó el parlamento ruso. Fueron años en los que, los que se habían enriquecido con la corrupción y la ineficiencia del estado soviético salieron a la luz. Un tambaleante Yeltsin, les vendió el estado soviético a precio de "orillo". Petroleras, empresas de energía, telecomunicaciones...A las riendas del país estaba un borracho, corrupto e inepto, la antítesis de Gorbachov. Es curioso; Gorbachov, era ni más ni menos que un comunista, un tipo que creía en el sistema, que lo quería cambiar, pero creía en él. Le sucedió un tipo, que se pasó la vida emborrachándose y viviendo de ese sistema corrupto que Gorbachov se disponía a cambiar. En la nueva Rusia, el tío Boris pasó por adalid de la libertad, y Gorbachov por un retrógrado. Que cosas.

Así pues, Ucrania echó a andar sola, por fin independiente, por fin desembarazada de Rusia. Pero poco dura la alegría en la casa del pobre. A Oriente, su vecino-hermano ruso se desinflaba, mientras a Occidente, sus enemigo-amigo alemán recuperaba el tiempo perdido. Reunificada, Alemania, como locomotora económica de Europa se dispuso a mirar a los Balcanes primero, y al este después. Lituania, Letonia, Estonia, Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Croacia, Eslovenia, Bulgaria, Rumanía, pasaron a la esfera germana, se pusieron los primeros en la lista para ingresar en la naciente Unión Europea y en la OTAN. Mientras a Rusia le crecían los enanos. Los chechenos ocupaban todos los desvelos del otrora poderoso ejército ruso.

Pero un día el tío Boris se cansó. Los excesos con el vodka le empezaron a pasar factura, y empezó a pensar a quién le dejaría el imperio que él había heredado de la caída de la URSS. El elegido fue un antiguo agente del KGB. Un tipo, que cosas, que recuperaba la tradición soviética, rota por Gorbachov, primero, y por el tío Boris después, de tipos con cara de muy mala leche. Vladimir Putin. Este puso orden en la Casa Rusia. Apaciguó a los chechenos a base de mano dura, persiguió a los oligarcas que se habían hecho con el petróleo y el gas ruso a precio de "orillo", blindó al tío Boris para que nadie le pidiera cuentas por sus desmanes, y así pudiera pasar sus últimos años de vida en paz y tranquilidad, y empezó a mirar con recelo que los occidentales se metieran en la puerta misma de sus dominios.

Mientras, en Ucrania, una de sus mitades, la occidentalizante, germanófila y anti rusa, se empezaba a levantar en contra de su otra mitad, ortodoxa, rusófila y anti alemana, y por lo tanto anti occidental. Hubo manifestaciones, revoluciones naranjas, primeras ministras en huelga de hambre y en la cárcel, presidentes envenenados con polonio, y por fin, la guerra. En Ucrania se está librando una guerra cruel y despiadada. Una vez más Ucrania es coso, tablero, gallera, donde los grandes, Rusia y Alemania, se juegan algo. Ellos se juegan algo, pero los que mueren son los ucranianos, los de uno y otro lado, los de una y otra sensibilidad, los rusófilos, y los germanófilos.

Si, pobre Ucrania, pobre. Pobre Europa. Pobres, todos nosotros. Pobres.

lunes, 16 de febrero de 2015

Hijoputismo.


A menudo nos confunden. Cuando cierran quirófanos, o centros de atención primaria, o urgencias hoipitalarias, o quitan ayudas a la dependencia, o bajan pensiones, o desahucian gente, o venden vivienda pública a fondos buitres. Ellos le llaman austeridad. Los progres, más dramáticos, le llaman austericidio. Unos y otros una vez más van errados.

Lo que ellos llaman austeridad, o austericidio, es pura y simplemente hijoputismo. Joder a los más débiles, a los pobres, a los desvalidos, lejos de ser una medida eficaz de ahorro, austeridad por lo tanto, es hijoputismo puro y duro. Perdónenme los oídos párvulos por el palabro, pero ha llegado un momento en este santo país que es preferible llamar al pan, pan, y al vino, vino. Sin más. Además, la figura del hijoputa es ya una auténtica institución en nuestra literatura. Hideputas y follones llamaba don Quijote a los galeotes que le apedreaban momentos después de haberlos liberado de las cadenas y de los guardias. Y que decir de las inmortales obras de Fuenteovejuna y del Alcalde de Zalamea, donde se dan cita importantes e insignes hijoputas, aunque el palabro no aparezca nunca en los labios de los personajes de Calderón y de Lope, los hijoputas están siempre presente en estas dos obras, los cuales provocan la unión de los vecinos contra ellos y contra sus injusticias y atropellos.

Pero no nos perdamos ni nos enredemos, ni nos vayamos por las ramas. La austeridad es buena, pero tiene mala prensa, porque la gente anda confundida. Confunde la velocidad con el tocino, una vez más. Austeridad, por ejemplo, sería cargarse a los cargos de libre designación que pululan cual plaga de langostas por todas nuestras administraciones. Por cierto, eso no lo lleva nadie en su programa, ni siquiera Podemos. Austeridad sería cargarse los diecisiete parlamentos autonómicos y reducir las autonomías a su mínima expresión, y no construir aeropuertos sin aviones, ni líneas de alta velocidad sin pasajeros, ni palacios de convenciones y congresos sin convenciones ni congresos, ni chiringuitos varios. Austeridad sería acabar con la mamandurria, en definitiva. ¿Cómo va a ser malo eso?

¿Estaremos asistiendo a lo que anunciaba Orwell en 1984, aquello del neo lenguaje? Pudiera ser. Repasemos los similiquitruquis lingüísticos a los que nos tienen acostumbrados. Crecimiento negativo, por ejemplo. ¿Cómo puede ser negativo el crecimiento? Explíquenmelo. El crecimiento nunca es negativo. Es siempre positivo. Por eso es crecimiento. Lo contrario sería decrecimiento, mengua, reducción. ¿Pero crecimiento?. Para nada. Y sin embargo ellos insisten. Crecimiento negativo. Y lo sueltan no solo políticos, sino periodistas, economistas y desinformadores en general. Otro tipo de hijoputismo; el neo lenguaje....



lunes, 9 de febrero de 2015

Encuestas.


Son maquillables,, cambiables, manejables, movibles. En el año 1993, decimoquinto año triunfal de nuestra gloriosa transición, las encuestas daban a José María Aznar la victoria por mayoría absoluta. Perdió. Volvió a ganar el Soe y González siguió unos añitos más. En el 96, las encuestas volvían a darle la victoria por mayoría absoluta. Esta vez ganó,, pero la mayoría fue simple. Fueron los tiempos en los que Aznar no tuvo más remedio que reconocer que hablaba catalán en la intimidad. Ahora las encuestas dan a Podemos un segundo lugar, por debajo del PP, por encima del Psoe, y muy por encima de IU.

No seré yo el que diga que esto no sea así. Tampoco voy a decir lo contrario. Las encuestas no me gustan. Me parecen una manera de manipular como otra cualquiera. De todos modos, esta última encuesta del CIS resulta curiosa en algunos aspectos. Hay en ella una mayoría de gente, votante de Podemos, que se dice de centroizquierda o de centroderecha. Y esa misma gente, cuando se le pregunta, califica a Podemos, asómbrense, de ultraizquierda. Asómbrense. Una de dos; o están muy desesperados, o la encuesta se hizo en un bar de copas durante la hora feliz.

Pero, si lo miran bien, la cosa no es tan extraña. La gente sufre. La gente no tiene expectativa de futuro. La gente no se resigna. La gente ve que su generación, por primera vez en años, va a vivir peor que la de sus padres. Lo curioso es que gente adscrita al centro, vaya a votar a una formación que suponen en la ultraizquierda. Ah; además hay que sumar la corrupción, y la imposibilidad de controlar la misma por parte de los distintos gobiernos.

El debate está en la calle. Aunque todo son conjeturas. Dense cuenta que no es más que una encuesta, si; cocinada, maquillada, adulterada, como todas las encuestas, y utilizada como mera propaganda electoral. Eso si; viendo la reacción desmedida de los mariachis, sicarios y tertulianos varios, me inclino a pensar que la encuesta real, sea incluso más sorprendente...

miércoles, 4 de febrero de 2015

Una jornada particular.

Sábado, 30 de enero. El Sábado fue un día importante. A veces lo que para algunos puede parecer importante, para otros no lo es tanto. Por ejemplo, el sábado pasado, el día 30, la suegra de mi amigo Gabriel tuvo un mareo, cayó al suelo de bruces, se hizo un fuerte hematoma en la cabeza, se partió el labio. La suegra de Gabriel sufre a veces estos mareos, consecuencia de su insuficiencia coronaria. La llevaron a urgencias, a un hospital de Madrid, el mismo que los liberales en economía que mandan en la Comunidad de Madrid querían convertir en geriátrico. Tras ocho horas sentada en una silla de ruedas en una sala de esperas atestada, tras ocho horas de pruebas, electros, análisis, mandaron a la buena mujer de vuelta a casa, sin aclarar que era lo que le había producido el mareo, y la consecuente caída.

Ese mismo día, ese sábado 30 de enero, a eso de las doce, hubo una manifestación por el cambio, convocada por Podemos. Ya se habrán enterado. Ha sido la comidilla de los medios de comunicación liberales en periodismo. A menudo se achaca a Podemos el que esté compuesto, sus filas dirigentes al menos, por gentes provenientes de la clase media-alta, con estudios universitarios, jóvenes. Si ustedes miran el currículo de los dirigentes de la formación, lo que da a entender es que ninguno ha doblado el espinazo para ganarse el pan nuestro de cada día, ni tendrá las manos llenas de callos, o dolor de espaldas, o de pies, por pasar duras jornadas, colocando cajas en las estanterías de un supermercado, o sirviendo comidas en un restaurante, limpiando suelos, en el andamio o recogiendo uvas
. Ya. Si. De la misma manera, recordemos, que los comités pro abolición de la esclavitud en los Estados Unidos no estaban dirigidos por ningún negro, y sus miembros no habían pasado nunca por el trauma de ser esclavo, y sin embargo, muchos blancos empeñaron su carrera y su vida en la lucha contra la esclavitud de los negros. Del mismo modo, aunque no vean ningún currela en las manifestaciones de Podemos, muchos están deseando que se celebren elecciones para votarlos. Qué cosas.

Es normal. Mi amigo Gabriel es uno de los conversos a Podemos. Lo que vio el sábado en la sala de espera de urgencias le superó. Acabó de convencer a Gabriel el cínico panfleto propagandístico que la Comunidad de Madrid ha colocado en todas las estaciones de metro, en los que se puede ver a dos jubilados con una sonrisa profidén alabando las bienaventuranzas de la sanidad madrileña. Día a día crece el número de "podemitas", como si fueran margaritas en primavera. Es gente como Gabriel, gente normal y corriente. Gente que no viene de la universidad, ni ha pasado de la EGB (Ahora ESO), gente que no ha leído a Lenin, ni a Marx, gente que no va a mítines, ni a manifestaciones. A esos sitios solamente van los convencidos con carnet. Y sin embargo muchos votarán a Podemos. Resulta curioso que la mayoría de potenciales votantes de Podemos no va a sus actos. O a lo mejor no es tan curioso. Imagino que de los diez millones de votantes de Mariano en las pasadas elecciones, una parte ínfima sería la que alguna vez fue a un mitin del PP.  Fíjense que una parte importante de esos diez millones se va a pasar a Podemos. Razones: varias. Una mala atención en las urgencias de un hospital, fruto de la torpeza, la avaricia y el cinismo de los gobernantes, pueden ser la mejor propaganda para Podemos.

A menudo los liberales, ya sean en economía, política o periodismo, se tranquilizan a si mismos, diciendo aquello de que España no es Grecia, y que aquí a la gente no le gustan las aventuras. Puede ser. Pero la gente no es gilipollas, del todo. Día a día ve como su modo de vivir se deteriora,, y lo que es peor, el futuro lo ven cada vez más chungo.

Si; definitivamente el sábado fue una jornada particular.