Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

viernes, 15 de enero de 2016

Qué sorpresa tan agradable...





...pues no va una servidora pública, abogada del estado, nada menos, y suelta en el juicio del caso Noos, que lo de que hacienda somos todos no es más que un eslogan, una frase hecha, una mentirijilla que no hace daño a nadie, como diría Forrest Gump. Hombre, pues haber empezado por ahí. Ven como no pasa nada si se le dice la verdad a la gente. Qué no. Que no pasa nada. Si aquí la gente es imbécil. Claro hombre.

Este juicio promete. Mucho. Ya lo verán. Lo que peor lleva la justicia de un país que se las da de democrático, es caer en las garras del cinismo. Eso es imperdonable.

Por ejemplo; no puedes decir que una persona, pongamos por ejemplo una infanta de España firmaba documentos, sin saber lo que firmaba, cwgada por el amor marital, y sin embargo asegurar que un grupo de viejecitos, estafados por Bankia con sus preferentes, algunos de ellos con serias dificultades para leer y escribir correctamente, sabían perfectamente lo que hacían.

La justicia es igual para todos. ¿Es ese otro eslogan? ¿Otra frase hecha? ¿Otra mentirijilla que no hace daño a nadie? La justicia no es igual para todos. Al menos no debería ser lo, si abogamos por la credibilidad de la misma. Una infanta de España, un responsable político, un alto dignatario del estado, no puede ser igual ante la ley, que un ciudadano corriente y moliente, por la sencilla razón de que su responsabilidad es mayor, y sus actos afectan a millones de ciudadanos que han confiado en ellos. La credibilidad del sistema radica en que las personas responsables de pillaje y malversación en las administraciones publicas, sean duramente juzgados y condenados.

Todos sabemos que esto no es así. Sí, la ley no es igual para todos. Igual de dura. La ley es dura con el ciudadano de a pie, con el robaperas, con el vejete semi analfabeto que firma lo que el director de su sucursal bancaria le pone delante, con el que roba una lata de sardinas para comer, con el que no paga cien euros a hacienda, con el pobre. La ley es ejemplarizante con el débil.

Es por eso que la mayoría de la gente ya no cree en nada. Se la trae floja el sistema. Cada vez que escucha eslóganes tan estúpidos como el de hacienda y la justicia igualitaria para todos, suelta una risita irónica. Menos mal que por ahora el personal solo se dedica a eso, a sonreír irónicamente...

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