Cita:

"La dureza de los ricos justifica el mal comportamiento de los pobres"
(Marqués de Sade)

jueves, 31 de marzo de 2016

Neolengua: Decrecimiento.











O crecimiento negativo, que es aún más chachi, a la par que enrevesado y gilipollesco. Desterramos a la palabra "caída" de nuestra nueva lengua. El crecimiento siempre tiene que estar en la mente de nuestra masa idiotizable e idiotizante. Hay que crecer, aunque sea para abajo como la raíz del dañino eucalipto.

No es que los salarios hayan caído, es que han decrecido, y como el IPC (Índice de Precios al Consumo) también decrece, le podemos dar la vuelta a la tortilla y decir que en realidad lo que era un decrecimiento salarial, o un crecimiento negativo, es un crecimiento positivo. Vamos, que en realidad su salario no mengua, sino que crece. En realidad es usted cada vez más rico. ¡Anda, pillín, que se va usted a hacer de oro!

Lo que vale para los salarios, vale por ejemplo para la cifra de desempleados, aunque esta vez invertiremos la cosa. No hablaremos, por esta vez, y sin que sirva de precedente, de crecimiento del número de desempleados, así, a calzón quitado, sino que hablaremos de que este año la cifra de individuos/as apuntados al INEM ha sido la menor de los últimos años, o del mismo mes del año pasado. En resumen, marearemos la perdiz diciendo que aunque en realidad, en determinado mes la cifra de parados ha crecido, lo cual es la única verdad que contaremos, esa misma cifra fue mayor el año pasado por la misma fecha, por tanto presentaremos como un éxito de nuestra política laboral, lo que es en realidad un fracaso sin paliativos.

Usando el verbo crecer, y desterrando definitivamente su antónimo, nuestras cagadas quedarán definitivamente ocultas, al igual que nuestra incapacidad para arreglar problemas. Ese es el definitivo y principal objetivo de la neolengua.

martes, 29 de marzo de 2016

Je sui Bruxelles,...



...je sui Paris. Pero sin embargo, je ne sui pas Lahore, o Ankara, Kabul, Lagos, Mali, el Tercer Mundo, en definitiva. Vivimos en un mundo interconectado y absurdo, donde la gente llora porque su procesión favorita se queda en capilla debido al mal tiempo, y pasea impasible su mirada por los noticieros que nos muestran a niños descalzos, ateridos de frío e indignidad, en la frontera de Grecia con Macedonia, en el umbral de la civilizada Europa. Creemos firmemente que Grecia y Macedonia, o Serbia, o cualquiera de las repúblicas balcánicas, deben y tienen que soportar la marea humana que se les ha echado encima. Los países balcánicos, países pobres de por sí, aunque estén dentro de la UE, algunos de ellos.

Lloramos por la suerte de los ciudadanos belgas, u occidentales en general, muertos en atentados, nos estremecimos con los atentados de París del pasado año, igual que pasamos de los muertos por atentado terrorista, igual que en Bruselas, de Lahore, Pakistán, ocurrido hace un par de días, en los que la mayoría de los muertos eran niños que jugaban en un parque de atracciones. Todo lo más, le damos al Me Gusta de nuestro feisbuk, en el que sin embargo no ponemos como fondo de nuestra foto de portada la bandera pakistaní, como hicimos en anteriores ocasiones con las enseñas francesa o belga.

En definitiva, no los consideramos nuestros muertos. No son nuestros. Y eso, que en muchos de esos países, llevan contando muertos en atentados como los de París, Bruselas, Londres y Madrid, desde hace años. Pero nada. No. No es cuestión de racismo. Es cuestión de clasismo, de aporofobia, o de pura y simple ignorancia. Son para nosotros inexistentes. Nuestro perro o nuestro gato, son para nuestra agilipollada conciencia, mucho más que ellos. Vemos por televisión que nuestra marca favorita de ropa barata, que es barata gracias a los salarios de miseria pagados a gente como la que muere en esos atentados, en condiciones inaguantables para cualquier ser humano, y todo lo más que nos da por pensar es que si no estuvieran cosiendo nuestra ropa, sería todavía peor para ellos, pues tendrían que prostituirse para sobrevivir. (No se me asusten, este comentario se lo he escuchado yo a una persona, con estas orejitas que se ha de comer la tierra).

Somos seres insensibles, auténticos gilipollas que llevamos una vida absurda de desenfreno consumista a base de deuda, creyendo que podemos vivir indefinidamente en una isla de oro, rodeados de podredumbre. Creemos firmemente poder salvar el mundo reciclando cuatro botellas en un contenedor amarillo, o apartando la basura orgánica del papel, el cartón o los envases, mientras en la otra orilla del mundo, se produce al por mayor lo que nosotros consumimos, contaminando a mares, el doble de lo que se contaminaría se todo eso que consumimos se produjera aquí, entre otras cosas, porque esos países productores de nuestros caprichos, no tienen leyes que impidan la contaminación ambiental, y el reciclaje de residuos se la trae floja, se la refanfinfla el cambio climático, a ellos, que tienen que dar de comer a al sesenta o setenta por ciento de la población mundial, que casualmente vive allí,  por eso producen tan barato, por eso, y por los salarios de miseria que le pagan a su gente, a sus trabajadores, que laboran sin medidas de seguridad alguna, rodeados de agentes contaminantes prohibidos en Occidente, en el ciego y gilipollas Occidente, que mira para otro lado, y le da al Me Gusta, en medio de su infinito postureo gilipollesco.

¿De verdad creen que toda esta mierda que soltamos, que toda esa indiferencia, que toda esa ambigüedad, que toda esa hipocresía, no la vamos a pagar? ¿No la estamos pagando ya? ¿Tan ingenuos somos?...

viernes, 25 de marzo de 2016

Nadie quiere proletarizarse...



..., nadie. Todos somos clase madia. La clase media es un mito, un concepto creado por los ricos, allá por la segunda mitad del siglo XX, para amansar a los pobres. Tú no eres clase oobrera, como lo fue tu padre, o tu abuelo. Tú eres clase media, y como tal tienes derecho a llegar a cotas que tu padre y tu abuelo ni soñaron en tener. Hoy se ve que todo aquello era mentira, transitorio, placebo, un bulo, vaya.

Partimos de la posguerra española. Los nacidos en los años treinta y cuarenta, que pasaron una infancia de privaciones, en los años sesenta se incorporan a la masa obrera y fabril que empieza a poblar los extrarradios de las grandes ciudades españolas, huyendo de un campo empobrecido e incapaz de alimentar a todos. El país empieza a industrializarse, y el sector servicios gana terreno. Se empieza a enterrar esa vieja España de arado, trigo y secano. Las ciudades crecen. Se crea una pequeña clase media, que tiene acceso a una vivienda en propiedad, a pequeños lujos electrodomésticos, a vacaciones pagadas. Son los padres del baby boom de los sesenta y setenta. Trabajaron como mulas, y consiguieron ahorrar en forma de renta inmobiliaria, un capital tan grande que hoy, sirve para sostener a parte de sus hijos y nietos empobrecidos, y para contener y postergar sine die el estallido social. Se chuparon su juventud viendo como un régimen dictatorial se perpetuaba, tanto, que cuando llegó la transición los pilló o, próximos a dejar la treintena, o ya dentro de la cuarentena. Fueron los que auparon a, Suárez primero, y luego a González, al gobierno.

Sus hijos, nacidos en los cincuenta, sesenta y setenta, los llamados "babyboomers", gozaron de unas inmejorables condiciones de vida, en comparación con las que tuvieron sus padres y abuelos. Eso los que no la espicharon víctimas de la droga en los años ochenta y noventa. Accedieron a becas, a estudios universitarios, y el que no pudo o no quiso, ya dentro de la época pos dictatorial, pudo gozar de unas buenas condiciones laborales, dentro de lo que cabe. Ellos todavía podían, y así lo hacían, llamarse clases medias.

Pero hete aquí, que llegaron los nietos. Nacidos en los ochenta y noventa. Con un acceso a los estudios superiores nunca visto en la historia de España. Los nietos de la clase media, no solo estudian, sino que salen del país, y se saben manejar en un entorno globalizado. Sus vidas no tiene nada que ver con la de sus abuelos, aquellos niños de la posguerra que dejaron tirado el arado. Tampoco tiene que ver con la de sus padres, aquellos niños del baby boom, que se criaron en un pais con taras, con asignaturas pendientes, con cosas por hacer, con cosas por construir. Los nietos. La generación más preparada de la historia de este pequeño país, no tiene un horizonte claro. Muchos de ellos, a pesar de su preparación, no tienen cabida en la maquinaria productiva de un país que no produce nada. Todo está construido, todo está hecho, no quedan ya asignaturas pendientes. Fueron preparados y educados para triunfar, no para convertirse en proletarios, como lo eran sus abuelos, e incluso muchos de sus padres.

En España hemos siempre huido de la pobreza, y viendo la historia de nuestros ancestros, hemos atribuido esa pobreza a la condición de trabajador manual, cosa que en otros países de nuestro entorno no ha ocurrido. Es por eso que hemos tratado, de alejar a nuestros retoños de la condición de obreros. Nunca hemos sido capaces de comprender que se puede ser obrero, trabajar con las manos y llevar una vida digna. Nuestra condición de país de hidalgos, nos ha llevado a denigrar el trabajo manual, y a aceptar la explotación de los que lo ejercen como algo natural.

Se suele decir que el curso de los acontecimientos solamente se cambia actuando, o por contra sin actuar, dejando que se resuelva por sí solo. La experiencia nos dice que la actuación para cambiar el curso de los acontecimientos, es dicir, la revolución, la llevan a cabo los miembros de la llamada clase media, a los que les da un pánico terrible bajar de categoría, volver a la categoría que ostentaron sus abuelos...






















jueves, 17 de marzo de 2016

En el fondo, todo está...







...trastocado, cambiado de sitio. Por eso pasan las cosas que pasan. Nacionalistas de derechas como Donald Trump, Le Pen u Orban, defienden la soberanía de sus naciones, el proteccionismo de sus empresas y el trabajo digno para sus ciudadanos. Lo que piensan pedir a cambio, pues ustedes, que se ve a la legua que son la mar de inteligentes, se lo habrán imaginado ya: un poco de su libertad, y cierta manga ancha para el salvador de la patria y sus secuaces. A cambio, usted y los suyos vivirán en armonía, y paz, sabiendo que el conductor de la patria vela por ustedes. Podrán dormir tranquilos.

Decía que todo anda manga por hombro, y trastocado, muy trastocado. La derecha antisistema y nacionalista reniega de la globalización, y de las trasnacionales, y la socialdemocracia y la izquierda institucionalizada se deja querer por los defensores de ese suicidio global al que vamos. No es la primera vez, no vayan ustedes a creer; en el siglo diecinueve, el Partido Republicano, en los Estados Unidos, defendía el proteccionismo y la abolición de la esclavitud, mientras los demócratas defendían el liberalismo y la esclavitud, en los estados del sur del país. El resultado fue una cruenta guerra civil. Hoy, siglo y medio después, las tornas han cambiado. El primer presidente negro de la historia es demócrata, y los partidarios del proteccionismo económico, o del liberalismo, se cuentan por millares en los dos partidos hegemónicos norteamericanos, siendo el Republicano el que se lleva la palma.

Aquí, en las Españas no ha salido, aún, un Le Pen, o un Trump. Todo se andará. Quizá en un futuro próximo. Aquí el personal no se acaba de creer muy bien lo deque la UE y la gglobalización hayan sido malas. Aquí no hay una corriente crítica que analice críticamente los últimos cuarenta años de socioeconomía en España. No se apuren. Ya saldrá. Recuerden que los españoles somos muy de acordarnos de Santa Bárbara cuando truena.

lunes, 14 de marzo de 2016

He aquí el día, ya llega...

...Tu suerte está echada. Florece la injusticia,
ha germinado el orgullo y la violencia se ha
hecho cetro de la injusticia. Nada quedará de
ello, ni de su riqueza, ni de su esplendor,
ni de su magnificencia.

Ezequiel 7, 10-11.

sábado, 12 de marzo de 2016

El simplismo nos amenaza,...



...amenaza con quedarse a vivir con nosotros, junto con el pensamiento único. Nos creemos una isla, nos creemos los únicos, y nuestros problemas, bueno, a esos los creemos insalvables y únicos, como buenos egocentristas que somos. Pero no somos una isla, ni nuestros problemas son los únicos, ni nuestros problemas son más insalvables que los de los demás.

Nuestra crisis es la crisis de Occidente y de su modelo socioeconómico. La deslocalización económica, la deuda excesiva, la conversión a la pobreza absoluta de los trabajadores, la improductividad, la baja natalidad, el consumismo excesivo, la corrupción, la crisis política, la crisis moral, la duda existencial y la idiotización de la masa, no son problemas puramente españoles, sino de todo Occidente.

Así mismo las respuestas a esos problemas, tampoco son genuinas. Cómo será la cosa de grave, que en los mismísimos Estados Unidos han aparecido, a la derecha y a las izquierda, dos tipos que amenazan muy seriamente el sistema que ahora muere: Berny Sanders y Donald Trump.

El primero es un socialdemócrata a la europea, que aboga por lo público. Un veterano senador que le está poniendo las cosas muy difíciles a la candidata del sistema, Hilary Clinton. El señor Sanders se ha presentado a las primarias sin engañar a nadie y con el mandato de la gante de clase media que no quiere prolitarizarse y empobrecerse. La paradoja es que el votante medio de Sanders es un joven, blanco, con estudios superiores y con empleo precario. ¿Les suena?

Del segundo habría que matizar varias cosas. Por ejemplo; deberíamos echar a un lado sus modos y maneras soeces y su xenofobia, y fijarnos en sus propuestas económicas para una futura presidencia suya. La vuelta al proteccionismo, la reindustrialización de los Estados Unidos y el fin de la globalización económica y de la conversión de la economía estadounidense en una economía meramente financiera y de servicios.

Cómo de fuerte estará pegando la crisis del sistema capitalista occidental en los Estados Unidos de América, para que el personal esté optando por dos tipos que sugieren una vuelta atrás en el modo y manera de conducir a la primera potencia mundial. Por cierto que el señor Trump, por ahora, parece estar venciendo claramente a los candidatos del Partido Republicano pro sistema, Cruz y Rubio.

Sí. Definitivamente algo se tiene que estar haciendo mal para que en la protestante y conservadora nación norteamericana, se estén planteando revisar el sentido de la marcha. Pero no solo en los Estados Unidos, en Gran Bretaña ídem de ídem. A la derecha del Partido Conservador han salido los euro escépticos del UKIP, y a la izquierda, en el seno del Partido Laborista, ha salido un viejo parlamentario socialista, a lo Berny Sanders, Jeremy Corbin, que ha mandado a paseo el nuevo laborismo liberaloide del antiguo Primer Ministro, Tony Blair. En Francia el Frente Nacional aboga por algo similar a lo que Donald Trump sugiere para los Estados Unidos. Y en Holanda. Y en Austria. Y en Finlandia. Y...

No, no estamos solos, ni la crisis la sufrimos solos. Hay más países en el mundo que le empiezan a ver las orejas al lobo...

martes, 8 de marzo de 2016

Neolengua: Neoliberalismo.












Es difícil de entender. Por qué lo llaman Neoliberalismo, a esto que estamos viviendo. No hay libre competencia. Algunas de las grandes empresas viven de la subvención publica, de la obra pública, de la corrupción pública.

Otras viven de la acción privatizadora del Estado de empresas públicas. Eléctricas, telefonía, suministros de aguas, industrias englobadas en el antiguo INI, privatizadas a precio de baratillo, servicios externos en la sanidad, como los servicios de cocina y lavandería de los hospitales públicos, por ejemplo.

El amiguismo, el compadreo, el enchufismo, la subvención y la opacidad han sustituido a la meritocracia, la libre competencia, la independencia y la transparencia.

Empresas de todo tipo, y sindicatos, viven del maná del dinero de los cursos de formación a los trabajadores y a los parados.

Empresas periodísticas, grandes y pequeñas, del centro y de la periferia, de derechas y de izquierdas, nacionalistas o estatalistas, viven de la subvención encubierta en publicidad institucional.

Lo más hilarante de todo esto es que los "apóstoles" defensores de todo este desaguisado, se hacen llamar a sí mismos, con toda la desvergüenza y la caradura imaginables, liberales, o mas concretamente, neoliberales.

Neoliberalismo. Una nueva palabra a introducir en nuestro diccionario de la neolengua, de reciente creación, muy recomendable para los retorcedores del lenguaje tradicional, y para los caraduras.

sábado, 5 de marzo de 2016

"Viva el postureo, viva el tbo...











...viva el cachondeo" "Arriba el mal, arriba la democracia neoliberal, arriba el pequeño Nicolás". Setenta y tantos días después nos encontramos con lo mismo; no hay gobierno. Les voy a decir una cosa: casi mejor, total, si ya nos mandan desde Bruselas, sí, donde las coles, eso. Así qué...

Besos en la boca. Abrazos. Guerracivilismo. Abucheos. Es la spanish democracia 2.0. De venta en comercios del ramo. Para nada interesa hablar de la España real y sus problemas, total, si no los vamos a poder solucionar, nuestra capacidad política para ello es nula, como nuestro propio nombre indica. Políticos.

El Congreso convertido en un plató de televisión. ¿Sálvame de Lux o La Sexta Noche? Tanto da Juana como su hermana. Se echaba de menos a Inda, Margüenda o Beni. Se echaba de menos a Matamoros, Esteban o Jorgeja.

Los contratos precarios, las listas de espera en la sanidad pública, los parados, todos, pueden esperar. Es la democracia, idiota. España ha entrado en el invierno demográfico, ya la palman más sufridores y vienen a este valle de lágrimas menos. Total, para sufrir. En estos ocho años, desde el comienzo de la crisis, el endeudamiento ha pasado del treinta por ciento del PIB, al cien por cien. Bueno, y qué, ya lo pagará alguien. Lo bueno, lo cierto, lo real, es que la política ha vuelto, para quedarse, por supuesto. Atrás quedó ese parlamento gris, insulso, anodino, amondongado, vegetativo y aburrido de años atrás. La nueva política ha llegado. Olviden sus problemas y miren al futuro con esperanza, y untense bien el ojete con vaselina.

De todos modos, la diosa fortuna les puede volver a sonreír, y si estos egregios personajes que nos representan deciden volver a convocar elecciones, cosa nada rara, pueden volver a votarlos otra vez, como buenos erres que erres que son. Erre que erre, que la erré otra vez. No vaya a ser que nos tengan en Europa por un pueblo inteligente, no vayamos a joderla, mira lo que les están haciendo a los griegos...

martes, 1 de marzo de 2016

"Estamos aquí reunidos 350 mujeres y hombres"...













...ha empezado diciendo don Sánchez en su discurso de investidura, ante la cámara. Ha empezado, como no podía ser de otra forma, con una progrez estúpida. Diputados y diputadas, españoles y españolas, parados y paradas, memos y memas. Para los progres, y en general para los trileros, el artículo neutro no existe, es materia a obviar.

No me voy a explayar mucho con don Sánchez y su discurso, y su investidura fallida. No merece la pena. Todo esto es una tragedia. El discurso de don Sánchez, el que no haya alternativa al mismo en el Congreso de los Diputados. No me miren así. No la hay. Nadie, ni don Sánchez, ni don Rajoy, ni don Rivera, ni don Iglesias, hoy todos reunidos en el Congreso, tienen una solución adecuada para usted, así que no se apure, salga lo que salga de ahí, usted, estará jodidillo.

Nadie se atreve por otro lado a llevar la contraria al poder, a los malos. Hoy hubiera sido una grata sorpresa el ver y comprobar como don Sánchez subía a la tribuna y hablaba de recuperar la soberanía económica, de proteger la industria, la poca que queda y la que se va a crear, de poner aranceles, de comercio, comercio justo, por supuesto, de acabar con la globalización asesina y neo liberal que nos está machacando, que impide a los países del Tercer Mundo crecer y desarrollarse, que mantiene el colonialismo de antaño.

Hubiera sido una sorpresa. Y hubiera sido una sorpresa mayor, el que la supuesta izquierda de don Iglesias, hubiera dejado de lado el postureo, y, ya que don Sánchez obviaba ese discurso, haberlo tomado él, en vez de entrar al trapo, una vez más, con la puesta en libertad de con Otegi, que ya es casualidad, ha sido puesto en libertad precisamente hoy.

Por tanto no se apure. De aquí no saldrá nada bueno. Todo es un enorme teatrillo, en el que el espectador es usted, un espectador condenado una y otra vez a pagar esta función tan aburrida, le guste o no...